Cuenta la leyenda urbana
que una noche de esas veraniegas,
en el Parque Luis Muñoz Rivera
se le apareció un fantasma a un pana.
Que aunque él no estaba en la sana,
luego de inyectarse una y una;
esa noche pegajosa como bruma
se le apareció esta dulce anciana:
Sonreída, engafada; agitando un abanico de mano;
de cómo su voz se hizo júbilo abrazándole los huesos:
«Para que los parques nos continúen mas allá de la muerte
llevarás el mensaje y te guiaré en el proceso.
«Hay un frío que no es del clima, sino de como tratas
a quien no tienes que tratar porque no es tu territorio;
y volverá la nieve, la que jamás fue derretida:
cortesía de un gobierno ques basado en el odio».